Podemos vencer el egoísmo

Tenemos que dejar de pensar la ciudad a partir de “lo mío” o “lo tuyo” y hablar de lo que es de todos, comenzando por los que tienen menos que nosotros

La ciudad no va a cambiar sola, depende de todas y todos. Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo y que hago casi todos los días, es hablar con la gente mayor. Ellos siempre están pensando en los demás, en la ciudad que le heredarán a sus hijos y a sus nietos; les preocupa que no tengan un lugar para jugar, que puedan encontrar un empleo, que lleguen a salvo a casa. Por extraño que parezca, los adultos mayores piensan más en el futuro que los jóvenes.  
Disfruto mucho escucharlos, algo que les admiro es que en sus demandas siempre va primero el otro y nunca piden algo solo para ellos. Cuando los escucho encuentro un ejemplo de cómo debemos entender nuestra ciudad: dejando de ver solo por nosotros, nuestros problemas y aspiraciones personales.
Cuando llego a casa después de pasar el día en la calle, pienso en todo lo que dejamos de hacer para tener una mejor ciudad, en las oportunidades que perdemos por no asumirnos como parte de una comunidad. Olvidamos que la ciudad es un mosaico de contrastes, que la forma de vivirla no es la misma para todos, que habitamos juntos en ella y que si queremos cambiarla, debemos dejar de lado el egoísmo e intentar comprender que:

En nuestra ciudad no todos tienen acceso a los mismos derechos. Hay quienes pueden estudiar y quienes no, hay quienes cuentan con una calle pavimentada y hay otros que no, hay quienes acceden a servicios de salud y otros se quedan sin ser atendidos. Tenemos que dejar de pensar la ciudad a partir de “lo mío” o “lo tuyo” y hablar de lo que es de todos, comenzando por los que tienen menos que nosotros.

Los cambios exigen sacrificios. Una ciclovía puede quitarnos el lugar donde nos estacionamos para ir a trabajar, pero puede darle a un estudiante o a un trabajador la posibilidad de transportarse de forma segura cuando regresa a su hogar para comer en familia. Para resolver los problemas de la ciudad es necesario hacer cambios que en muchas ocasiones nos obligan a modificar nuestros hábitos, que pueden generarnos incomodidad, pero que también pueden mejorar la vida de otras personas.
Pensamos distinto. Los problemas que tiene una colonia son muy diferentes a los de otra, lo más importante para una persona puede ser completamente opuesto para su vecino. Incluso los gobiernos pueden tener entre sus planes prioridades distintas a las de los ciudadanos. Debemos aprender a escuchar para entendernos y encontrar puntos medios, especialmente los funcionarios públicos; la gente ya nos escuchó durante la campaña, ahora es nuestro turno.

Estoy seguro de que si nos atrevemos a ver más allá de lo convencional y no nos conformamos con aquello que hasta hoy nos parece normal, quienes queremos ver un cambio en la ciudad podremos sembrar un futuro distinto para todos.
Por eso estoy aquí, en este movimiento, porque creo que vale la pena usar la política para luchar por el lugar en el que crecimos nosotros y en que crecieron otros; no solo se trata de desafiar a los viejos partidos y a sus viejas ideas, de ganar elecciones y de ocupar cargos públicos, lo más importante es defender nuestras causas y dar lo mejor de nosotros por los demás.
Arturo Cervantes Flores, participa en Movimiento Ciudadano desde 2014, actualmente es parte de la Dirección de Participación Ciudadana del Gobierno de Zapopan.