Jóvenes en movimiento

Tienes que entrar a cambiar lo que no te guste. Esa apatía es la que nos tiene así de mal

Este 19 de noviembre toma protesta Melina Alatorre Núñez como Delegada de Jóvenes en Movimiento Jalisco, en el Palacio de la Comunicación y la Cultura.


La defensa de los derechos humanos es el tema favorito de Melina Alatorre Núñez, lo que la llevó a ser una activista social en la ciudad. Melina nació el 27 de febrero de 1991 en Autlán, Jalisco, aunque ha vivido toda su vida en Guadalajara. Es estudiante de séptimo semestre de Derecho, mamá de la pequeña Bárbara de 7 años y este mes de noviembre asume como delegada al frente de Jóvenes en Movimiento.


Dice que los alcances de su trabajo político con los jóvenes en Jalisco la motivan. “Siento que lo que yo hacía como activista, que se quedaba en una marcha, en una junta, ahora se puede replicar a los municipios. Eso vale la pena”, expresa.


Honestidad, respeto y tolerancia serán los tres valores con los que va a trabajar. “El respeto se me hace algo fundamental y será el eje principal, el respeto a tu comunidad, a las creencias de los demás. Si lo tuviéramos como un valor principal no habría marchas en contra de los derechos de unos, sería un mundo mejor”, asegura.


Su rostro refleja la paz de quien ha aprendido a convertir la indignación por la injusticia en energía para trabajar en equipo. Reconoce que ser joven en México no es fácil. “Vivimos en un país donde no hay muchas oportunidades para los jóvenes, con una cultura adultocentrista diría yo, porque te menosprecian, te dicen que no sabes, te vas a tardar en conseguir un buen empleo y son pocas oportunidades para recibir educación de calidad”, expresa.


La apatía, un reto

A los jóvenes que están alejados de la política, precisamente por el desprestigio que han dejado los malos políticos, aconseja:


No es una cuestión de fe. Es algo que tienes que hacer con un sentido de responsabilidad ciudadana, tienes que entrar a cambiar lo que no te guste. Esa apatía es la que nos tiene así de mal y  que al final de cuentas no es una cuestión de partidos sino de personas que tienen causas y que finalmente unen voluntades”, apunta.


Melina dice que es alérgica a los perros, aunque le gustan. Sin embargo, está dispuesta a tomar un tratamiento porque a su hija le encantan y le ha prometido uno. “Yo creo que en su momento ella va a ser activista por los derechos de los animales”, dice sobre su hija Bárbara, quien es su motor, pues dice, “Por mi hija es que hago todo”. Ser madre a los 18 años, le cambió la perspectiva sobre su entorno.


Yo dije, necesito esforzarme a lo mejor el doble o triple, para estar a la altura de lo que necesite mi hija.  Si me preguntaran si pudiera regresar el tiempo, la volvería a tener. Porque además, mi perspectiva sobre la vida cambió. Antes de tenerla, yo era muy frívola, era modelo y no tenía mucho sentido social y son cosas que te cambian”, confiesa.


Lo más urgente


Para esta joven líder, la educación, el primer empleo y la falta de oportunidades son las tres problemáticas más urgentes para resolver ante los jóvenes y señala que los gobiernos deben interesarse más. “Creo que (los gobiernos) tienen que aportarle mucho al tema de la educación. Que no haya jóvenes que se queden sin estudiar. Y crear políticas tributarias para incentivar a las empresas, a la iniciativa privada a que contraten jóvenes a que les den buenos empleo”, señala.


Las generaciones de jóvenes de 18 ó 19 años son distintas. Si bien antes soñaban con transformar su entorno, ahora también, pero más conscientes de que el cambio es progresivo, señala Melina. “Esta es mi parte favorita. Porque los jóvenes tienen una concepción de hacer política diferente frente a las viejas formas. Los jóvenes ahora buscan involucrarse y saben que no van a cambiar el mundo de un día para otro, pero están dispuestos a trabajar y a  buscar las maneras para tener una sociedad más justa, más equitativa”, resalta.