Recuperemos el rumbo

El Presidente mostró de nueva cuenta una de sus principales debilidades como gobernante: la negativa a reconocer errores y asumir su responsabilidad en la crisis política

El 4 de enero, el Presidente Enrique Peña Nieto pronunció un mensaje para anunciar dos nuevos nombramientos en su gabinete, y como para salir del paso hizo mención al gasolinazo y pidió a los mexicanos resignación. Un día después reapareció en cadena nacional y al desear un feliz año preguntó a los ciudadanos: ¿Qué hubieran hecho ustedes? Peña dijo que el aumento a los combustibles era culpa del exterior y responsabilizó al ex presidente Felipe Calderón de haber dilapidado un millón de millones de pesos en subsidios a la gasolina. Ambos son una clara muestra de la insensibilidad sobre lo que sucede en las calles y las manifestaciones de rechazo por todo el país. En lugar de tranquilizar a los millones de ciudadanos afectados por la decisión, el presidente mostró de nueva cuenta una de sus principales debilidades como gobernante: la negativa a reconocer errores y asumir su responsabilidad en la crisis política, económica y social que vive el país. El 9 de enero insistió en lo acertado de su decisión.Preocupa que el presidente y su administración hayan rechazado tomar en consideración las distintas propuestas que se han presentado para revertir el gasolinazo; todas han sido ignoradas, las que plantean reducir el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios y las orientadas a sanear verdaderamente las finanzas públicas. Una vez más Peña confirmó que no tiene voluntad para cambiar el rumbo del país.Esta crisis se agrava con el triunfo de Donald Trump para la presidencia de Estados Unidos, sus amenazas a empresas con proyectos de inversión en México y su insistencia de que México pagará por el muro en la renegociación del TLC. A pocos días de tomar protesta, Trump mantiene una postura beligerante contra nuestro país ¿Por qué el gobierno federal no ha definido una postura clara? ¿Cuál es su evaluación de la situación? ¿Cuál será el rumbo de la política exterior con la llegada de un presidente xenófobo a la Casa Blanca? Declaraciones en torno a que en la política exterior imperará el diálogo y no habrá confrontación resultan insuficientes frente a lo complicada que se vislumbra la relación entre ambos países. Parece que el gobierno no ha comprendido que hoy más que nunca debemos tomar en serio a Trump.Otro problema a enfrentar en este complicado 2017 es la negativa del presidente a reconocer los problemas de su gabinete: ha mantenido en puestos clave a su equipo cercano, sin importar si tiene la preparación, capacidad, el perfil idóneo o, incluso, a pesar de los malos resultados. Los movimientos en su administración han sido sólo eso, movimientos, enroques, no cambios de perfiles ni de capacidades. El problema se refleja en momentos como éste, cuando en menos de diez días el presidente se ha visto obligado a salir tres veces en cadena nacional para intentar resolver, sin éxito, un mismo tema.El último mensaje del presidente, aunque con un tono distinto, confirma que México no se mueve por la dirección correcta y preocupa. Estamos en un momento en que se agravarán las consecuencias de las malas decisiones de un gobierno que se niega a escuchar, a reconocer errores y a rectificar.
Clemente Castañeda es Coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano en la LXIII Legislatura en la Cámara de Diputados.