Nos robaron la tranquilidad

Con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos, los inmigrantes mexicanos perdimos la tranquilidad y tendremos que vigilar cada paso que demos hacia la casa, el trabajo, la escuela, la iglesia o el súper mercado.
Hoy, los jaliscienses y todos mexicanos que radicamos en Estados Unidos, tenemos un futuro incierto y sin dirección, y en concecuencia, también afectará a los hogares que dejamos atrás y a los que periódicamente envíamos recursos para que la familia subsista.
Ante esta situación, el Gobierno de México no tiene una postura o una estrategia clara para reforzar las polítcas de protección a los derechos humanos del migrante. Nuestras instituciones federales se han ocupado en explotar los intereses propios y nos han dejado en las manos de un Presidente con políticas públicas racistas.
Las palabras de Donald Trump contra los mexicanos, pasaron de ser expresadas por un aspirante a la presidencia, a ser hoy del Presidente de los Estados Unidos: su discurso, cargado de discriminación, ha generado separación entre comunidades hispanas y ha puesto en riesgo los derechos de los migrantes.
Por ahora, no estamos del todo organizados para enfrentar los restos que implica la Administración de Trump hacia los migrantes. Nos falta mucho por hacer. Es momento de generar unidad entre México y sus ausentes, es momento de exigir transparencia y garantías hacia los migrantes. La resistencia y fuerza de México está en su gente, somos mayoría.
Necesitamos que los Consulados Mexicanos en Estados Unidos estén en plena función para difundir la información necesaria sobre los derechos humanos de cada migrante, así como ofrecer eficazmente todos los trámites necesarios para regularizar nuestro estatus y el de nuestra familia en la Unión Americana.
También, que los consulados transparenten y difundan los programas de apoyo a los inmigrantes mexicanos, los cuales son útiles para nuestro bienestar y crecimiento.
Desde aquí hago un llamado a la comunidad mexicana radicada en Estados Unidos, así como a sus hijos nacidos aquí para que acudan a los consulados y actulicen su pasoporte, su nacionalidad y obtentan su credencial del INE para garantizar sus derechos. Sólo así podremos decidir sobre nuestro futuro.
José Pelayo Montaño es originario de Unión de Tula, Jalisco, y radica en California, Estados Unidos, desde hace 25 años. Hoy cuenta con doble nacionalidad.