Eloy Ruiz Anguiano

La presencia de Movimiento Ciudadano en la vida pública de Jalisco es valiosa y depende nosotras y nosotros, quienes hemos creído en este proyecto, que lo siga siendo

Hace unos meses recibí uno de los mejores consejos que me han dado en la vida, “si ustedes los jóvenes se comportan igual que los viejos, este país no va a cambiar, no tienen que hacerlo”. Me lo dijo uno de esos sabios de la política que nunca han tenido un cargo público, después de que le confesara mi frustración por defender cosas con las que no estaba de acuerdo. Ese día decidí dejar de hacerlo.  
Justo sobre eso trata este artículo, del momento por el que pasamos como generación, especialmente quienes decidimos participar en política por medio de Movimiento Ciudadano. Estamos frente a un proceso electoral en el que se definirá nuestro futuro, no solo me refiero a las campañas y las candidaturas, sino a lo más importante: el país y el estado en el que nos tocará vivir durante los próximos años. Por eso, me parece necesario recordar un poco de la historia que llevamos detrás y hacer una  propuesta de cómo podemos enfrentar lo que viene.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Hasta hace algunos años se decía que era imposible ganarle a los partidos que estaban sentados en el poder nacional, a los que tenían tomada la política desde Los Pinos hasta los más pequeños y marginados municipios del país. Parecía que el futuro solo estaba en sus manos, que no teníamos ninguna alternativa. En Jalisco, los ciudadanos decidieron romper con esa historia y demostrarles que no eran invencibles.
En 2012 sucedió algo extraordinario, más de un millón de ciudadanos empujaron a Enrique Alfaro hasta el segundo lugar en la elección a gobernador, poniendo a temblar al PRI y al PAN. A pesar de que no fue posible evitar el regreso del PRI, ese año llegaron al congreso y a los ayuntamientos, voces críticas que comenzaron a denunciar la corrupción y las mentiras que la sociedad exigía desenmascarar.
Un proyecto surgido desde la periferia de la ciudad, logró irrumpir en la política local sin contar con la ventaja de las llamadas “estructuras partidarias” y sin alianzas electorales, sólo de la mano de la gente común y de una modesta fuerza política que pocos conocían y que apenas representaba al 4% de los electores a nivel nacional, Movimiento Ciudadano.
En 2015 subimos un escalón más. Movimiento Ciudadano se convirtió en el mejor aliado de quienes decidieron poner al PRI en su lugar, en el pasado, y en un actor central dentro del proceso de cambio que vive nuestra ciudad y nuestro estado. Los ciudadanos decidieron echar a los partidos del régimen de la corrupción de la capital y de otros 23 municipios de Jalisco, así como llevar al congreso local a un candidato independiente, desde un distrito que hasta entonces se creía que solo podía ganar el PAN.
El futuro
La presencia de Movimiento Ciudadano en la vida pública de Jalisco es valiosa y depende nosotras y nosotros, quienes hemos creído en este proyecto, que lo siga siendo. Los gobiernos y legisladores de esta alternativa política, más allá de sus aciertos y errores (que desde mi punto de vista, hasta el momento han tenido más los aciertos) han demostrado que podemos prescindir de los “invencibles”, que ya no los necesitamos.
Lo peor que le podría pasar a Movimiento Ciudadano en Jalisco, no es perder las próximas elecciones, sino convertirse en una fuerza política que sea vista como las demás. No nos podemos permitir eso. Miles de ciudadanos han puesto su confianza y esperanzas este proyecto, nuestra responsabilidad es que este no les haga sentir traicionados como lo han hecho otros.
Por lo anterior, me permito hacer una propuesta muy sencilla: hablemos claro y dialoguemos todo, porque solo así nos podremos alejar de los vicios de los viejos partidos. Si no cambiamos la forma de hacer política, nada va cambiar. Nuestra generación tiene ese reto, enfrentar la lucha política con realismo pero sin envejecer, aunque las circunstancias nos hagan creer que es necesario hacerlo.
Si de verdad nos importa la salud de Movimiento Ciudadano, no debemos callarnos nada que sintamos la necesidad de decir, no podemos dejar de expresar las cosas que nos preocupan, nos duelen, nos asustan, o que simple y sencillamente no nos gustan. Me despido hablando con total honestidad: en mi opinión, la única alianza que necesitamos está con los ciudadanos. Se vale decir que hay cosas que con las que no estamos de acuerdo.
Eloy Ruiz Anguiano, participa en este proyecto desde 2011 y es representante de Movimiento Ciudadano en distintos debates frente a otras fuerzas políticas.