El futuro está en manos de los ciudadanos

Soy parte de una generación que nació cuando lo viejo se resistía a irse y lo nuevo no terminaba de llegar, una época marcada por el fracaso de un régimen político y la sed de cambio de un país cansado de la mentira.  
Se creyó que con la victoria electoral del PAN en el año 2000 se superarían los viejos vicios y formas de hacer política, sin embargo no fue así. Yo crecí en ese país, donde la esperanza se marchitó frente al fracaso de la alternancia.
Aún me resulta incomprensible lo que vino después: el regreso del PRI en 2012 y la continuidad de la vieja política en rostros renovados. Se pensó entonces que la vuelta al pasado apagaría la ilusión de los jóvenes por construir un país distinto; se creyó que esta generación estaba destinada a la apatía, al pesimismo y al desinterés por la política.
Sin embargo, ese año se demostró que los  jóvenes no estábamos dispuestos a  resignarnos. Por el contrario, decidimos ir a contracorriente y buscar nuevos caminos. A pesar de que no logramos detener el regreso del PRI, entendimos que era necesario seguir adelante para construir el país que queríamos y defender esta causa desde cualquier lugar donde nos encontráramos.  
Hace algunos años decidí venir a estudiar a Jalisco. Una de las cosas que más me interesaban de este Estado era el proceso político en el que estaba inmerso, un proceso que desafiaba las inercias nacionales y que construía alternativas a la política tradicional. 
En el 2015 decidí dejar de ser una espectadora y participar en este proceso. Esta experiencia me ayudó a entender que no es fácil derrotar a los partidos del pasado, pero es posible hacerlo cuando los ciudadanos tienen el valor de mirar hacia adelante y no permiten que su destino siga en manos de quienes traicionaron su confianza.
La elección del año pasado no sólo representó una victoria electoral para Movimiento Ciudadano, principalmente fue un importante paso en la vida política de Jalisco; quedó claro que el clientelismo y el corporativismo ya no pueden frenar la voluntad ciudadana. Estoy convencida de que este Estado no dará un paso atrás y que la dignidad recuperada no volverá a perderse.
Ahora el futuro está en manos de los ciudadanos y corresponde a ellos, que más allá de partidos y candidatos, este proceso de cambio político no se detenga. Por eso nuestra generación tiene la responsabilidad de reescribir la historia del país, de luchar para que nuestros derechos como ciudadanos sean respetados, y de hacer de la política un acto común y cotidiano. 
Definitivamente, lo que más me gusta de Jalisco es su gente, los autores de esta hazaña. Será para mí un honor seguir a su lado, luchando por un mejor futuro, luchando para que la esperanza no se marchite otra vez.
Keila Juárez González es estudiante de la Licenciatura en Estudios Políticos y de Gobierno. Participa en Movimiento Ciudadano desde el año 2015.