Feminismos múltiples

8 de marzo: Día Internacional de las Mujeres. El uso del plural en esta conmemoración es clave: no hay sino pluralidad de expresiones, carismas, y vocaciones tratándose de las mujeres. El singular reduce, uniforma, limita, constriñe, desdibuja, trunca. El universo de las mujeres es diverso, extendido, inédito, plural, múltiple, e irradia posibilidades nuevas.
Y también los feminismos son múltiples. Hay quienes llegan a su militancia gracias a pertenecer o reconocerse en la estirpe de precursoras que participaron en las Conferencias Internacionales sobre la Mujer, celebradas en México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985), o Beiging (1995). Otros, otras, por haber sido parte de delegaciones mexicanas ante comités de expertas o expertos internacionales, o por haber acudido a los mecanismos de rendición de cuentas ante relatores de los sistemas de Naciones Unidas o Interamericano, o el Parlamento Europeo.
También por ser parte activa de las organizaciones sociales que elaboran los informes sombra sobre la situación de las mujeres y su efectivo disfrute de derechos, a los que se debe dar puntual respuesta por parte del Estado mexicano. Otras personas habrán elegido la academia como la vía para especializarse en estudios de género y fortalecer así su compromiso con la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres. Otras por llevar la cuenta –doloroso registro–, de los casos de feminicidio, en Ciudad Juárez, Ecatepec, Tapachula, Monterrey, Tijuana, Veracruz o Guadalajara.
Otros, otras más, por atender en hospitales y centros de salud casos de violencia que dejan huellas en la piel pero también más adentro. Otras, por haber sido maestras de mujeres en reclusión penitenciaria, internas, sobre todo, por ser solidarias con sus compañeros, hijos, familiares que les pidieron ayuda y las expusieron así a pena de prisión. Otras, otros, por haber tenido que consolar, en hospitales o confesionarios o bajo el techo familiar a alguna que tomó alguna decisión íntima en la soledad más grande y asumió las consecuencias. Otras por haber abierto la puerta a sus amigas golpeadas por los maridos mientras encontraban un refugio para ellas y sus hijos. Muchas, por ser hijas, nietas y hermanas de mujeres capaces de interpretar el mundo desde sus respectivos horizontes de acción. La mayoría, en suma, por no permanecer indiferente ante el desigual ejercicio del poder entre hombres y mujeres.
Por solidaridad, tender puentes, ofrecer escucha atenta, acercar soluciones, imaginar vías seguras, intentar políticas públicas, emprender acciones de denuncia, por cantar en conjunto, por ponerse en los zapatos de las otras, por no concederle tributo a la mentira, por honrar la vida.
Mujeres y feminismos. Este 8 de marzo conmemoremos, en plural. No hay fórmulas únicas: los afluentes de este río sororal son muchos, y la vida es imposible contenerla en etiquetas prefabricadas. Por el mundo que imaginamos, de pares y de iguales, en dignidad y derechos, entre mujeres y hombres, por todo eso, digamos en plural: mujeres y feminismos.  
Guadalupe Morfín Otero es poeta, abogada y maestra en Literaturas del Siglo 20 por la UdeG. Actualmente es regidora presidenta de la Comisión  Edilicia de Derechos Humanos e Igualdad de Género en el Gobierno de Guadalajara. Fue Ombudsman en Jalisco, Comisionada federal en Ciudad Juárez y Fiscal Especial para Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas.