Indignación

¿Cuántas veces te has sentido harto de que los políticos sólo trabajen para sus intereses y que privaticen lo que es de todas y todos: la educación, la salud, el agua? ¿Cuántas más has pensando y repensado en las injusticias sociales, en la desigualdad, en las pocas manos que concentran la riqueza del país?  
En todo el mundo hay personas que se han hecho estas mismas preguntas y tratando de encontrar respuestas han salido a las calles a ocupar las plazas públicas y a levantar la voz contra todo lo que ya no funciona. Hay muchos ejemplos que nos demuestran que para cambiar el mundo, lo que menos sirve es la política tradicional y que por el contrario, el antídoto contra las viejas ideas son las alternativas encabezadas por personas comunes que buscan hacer de la política un instrumento al servicio de las mayorías.
En la última década, hay ejemplos en todo el mundo que nos recuerdan que no todo está perdido,  que vale la pena seguir luchando para cambiar todo aquello que nos indigna:

La Guerra del Gas fue un conflicto social ocurrido en Bolivia durante 2003, que surge por la decisión del gobierno de exportar gas natural a precio de regalo. La demanda fundamental era crear un nuevo pacto social hacia un nuevo Estado de consenso. Este fue el punto de partida de una serie de transformaciones profundas en la sociedad boliviana, como la inclusión social de sectores indígenas antes marginados, lo que dio paso al movimiento que llevó al poder a Evo Morales en 2006.
¡Que se vayan todos! fue un lema que surgió espontáneamente en el curso de las protestas populares que caracterizaron a la crisis de diciembre de 2001 en Argentina. La consigna expresaba la falta de representatividad y el desencanto de la población, quienes exigían la renuncia masiva de los gobernantes. Este movimiento provocó la renuncia del presidente Fernando De la Rúa, después del cual se sucedieron cinco presidentes hasta que en las elecciones presidenciales de 2003, ganó Néstor Kirchner. Esto trajo la estabilidad al país, el pago de la deuda pública, la conversión de los derechos humanos en una política de Estado y la integración latinoamericana.
Movimiento de los Indignados (15-M) en España, fue una expresión ciudadana formada a raíz de la manifestación del 15 de mayo de 2011, convocada por diversos colectivos para denunciar las estafas bancarias, el desempleo y la corrupción imperante en el Ejecutivo. El 15M logró muchas cosas, quizá la más importante es que politizó a un sector de la sociedad que no lo estaba y se convirtió en un grito de auxilio que sacó a España y Europa del letargo en que se encontraban.  Además, el movimiento permitió la aparición de PODEMOS, partido político que fracturó el bipartidismo en España e irrumpió en la distribución del poder político,  marcando la pauta de la nueva política en el mundo, al romper los paradigmas tradicionales de hacer y comunicar política.
El Movimiento Estudiantil chileno de 2011 surgió del rechazo a la privatización del sistema educativo chileno. El movimiento ha sido considerado como uno de los más fuertes desde el retorno a la democracia en 1990 y provocaron un movimiento social mayor que demanda reformas sustanciales al modelo económico y político establecido durante la dictadura militar que gobernó Chile desde 1973. Estas movilizaciones provocaron una desestabilización del gobierno en turno, que derivó en una caída histórica en la aprobación presidencial y la realización de sucesivos cambios de gabinete.

En México, la política se encuentra secuestrada por intereses que corrompen las instituciones y las utilizan como negocio para unos cuantos, pero en el mundo hay innumerables movimientos que nos están enseñando cómo se puede recuperar la política para la gente.
¿Cuántos ejemplos más tenemos que conocer para reaccionar? ¿Cuánta indignación más tiene que pasar por nuestro estómago y corazón para actuar contra los poderosos?
Franco Cervantes. Estudiante de Ciencia Política. Participa en Movimiento Ciudadano desde 2015.