Inaugurado en 1942 como un regalo por el cuarto centenario de la fundación de Guadalajara, el emblemático monumento tapatío llegó a ser la puerta de entrada a la ciudad.
Tras su construcción en 1939 por iniciativa del entonces gobernador de Jalisco, Silvano Barba González, y con la intención de ser inaugurados durante las celebraciones por los 400 años de la fundación de la ciudad, Los Arcos de Guadalajara se han convertido en parte de la historia y cultura tapatías.
La construcción del gigante de concreto de 21 metros de altura, de estilo neoclásico y con cierto aire europeo estuvo a cargo del Arq. Aurelio Aceves, quien contó con la colaboración del también arquitecto Constantino Ramírez y con el diseño de Faustino González.
Sobre su ubicación, se decidió que esta estuviera en lo que en su momento llegaron a ser las periferias de la ciudad. Esto con la intención de servir como un distinguido detalle visual para recibir y despedir a quienes visitaban la Perla tapatía.
Esta vocación quedó inscrita en ambas caras del monumento, con dos mensajes: uno de bienvenida y otro de despedida. En la cara poniente se lee “Guadalajara, ciudad hospitalaria”, mientras que en su cara oriente puede leerse “Una estancia agradable es garantía de regreso”.
Además, justo en medio de su estructura, destaca la leyenda “Guadalajara, capital del Reino de Nueva Galicia fundada en este lugar el 14 de febrero de 1542”.
Un monumento con identidad tapatía
Aunque su diseño está claramente inspirado en la arquitectura europea, Los Arcos cuentan con un colorido detalle local. Este se puede apreciar en los azulejos artesanales y representativos de Tlaquepaque, los cuales decoran la estructura y le dan un toque muy propio de la región.
Cabe señalar que, para 1959, en la parte superior de su estructura se instaló una sala de banderas que rindió tributo a distintos lábaros patrios del continente americano. Sin embargo, con el paso del tiempo esta cerró y durante algunos años sirvió como un mirador que ofrecía una singular vista en la zona.
Debido al crecimiento de la ciudad, Los Arcos de Guadalajara ya no están más en la periferia urbana. Aunque, ciertamente, sí siguen dando la bienvenida a quienes la visitan, con un monumento emblemático donde la historia y la cultura de Guadalajara se encuentran en dos grandes arcos muy tapatíos.
Quienes deseen visitarlos, estos se encuentran sobre la avenida Vallarta, en su cruce con la calle Arcos, en la colonia Vallarta Norte.