Después de años de campaña por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador y toda la fuerza política de Morena a nivel nacional, ha llegado el momento de realizar la consulta popular contra los expresidentes.
El presidente ha vuelto este ejercicio más un circo mediático y político que una verdadera encuesta para los mexicanos que exigen justicia por las fallas de los anteriores gobiernos.
Vamos a intentar explicar un poco cómo funciona esta consulta popular que se realizará el 1 de agosto y cuáles serían los alcances reales en caso de ser aprobada por las y los mexicanos.
¿Sabes qué es una #ConsultaPopular? Te lo explicamos.
— @INEMexico (@INEMexico) July 12, 2021
Este 1 de agosto, ¡participa! 🙋🏾♀️💁🏽♂️https://t.co/7Pg9hxhjAo pic.twitter.com/BMccQPK8I2
¿Qué es una consulta popular?
Es un mecanismo directo de participación ciudadana que sirve para aprobar o rechazar propuestas realizadas con un tema de interés público.
Los ciudadanos que fungieron como funcionarios de casillas en las pasadas elecciones serán los encargados de cuidar los votos en las mesas receptoras.
¿Cómo puede participar?
El INE instalará 57,000 casillas en el territorio nacional y solo necesitas llevar tu credencial para votar.
¿Qué estamos votando en la encuesta?
La pregunta oficial redactada por la suprema corte es la siguiente
- ¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes, con apego al marco constitucional y legal, para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las posibles víctimas?
¿Qué pasará si se logra el “Sí” mayoritario?
Para lograr que la consulta se considere favorable a los intereses del presidente y vinculante para los expresidentes, se necesita una participación del 40 % del padrón electoral, lo que significa 37,439,023 votantes
Una de las principales consignas que se han hecho alrededor de la famosa campaña contra los expresidentes es que la justicia no se consulta, se aplica.
Las prioridades son claras, al presidente le preocupa más mantener un circo que cuidar a los mexicanos de una pandemia o abastecer de medicamentos a quienes lo necesitan.