Como Instituto Cultural Cabañas es reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad
Si no lo conoces, debes de hacerlo ya. En Guadalajara, el Instituto Cabañas ha albergado grandes exposiciones. En sus 23 patios, 106 habitaciones, 78 pasillos y dos capillas, han sido el marco para exponer grandes obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Luis Cuevas, Marcel Duchamp, solo por nombrar algunos artistas de reconocimiento mundial.
Actualmente, parte de este edificio es utilizado por la Escuela de Artes y además cuenta con la Sala de Cine Guillermo del Toro - en honor al cineasta tapatío – actual sede de la Cineteca Nacional Jalisco.
El “Hospicio Cabañas”, como ya es tradición nombrarlo, es una de las principales estampas de Jalisco, su singular belleza arquitectónica, lo ha convertido en un icono de nuestro estado y de todo México.
Como Instituto Cultural Cabañas es reconocido como Patrimonio Cultural de la Humanidad, declaración que fue recibida por parte de la UNESCO en 1997.
Al visitarlo podemos transportarnos hasta hace más de 200 años, reviviendo sus historias y leyendas. Algunos, según la leyenda, buscando al fantasma de la monja - ese que tanto mencionan durante los recorridos guiados - y otros, agradeciendo a la religiosa, que tras un accidente en uno de los hornos, logró dar con la receta de uno de los mejores manjares: la jericalla. Un postre que con el paso de los años se ha convertido en el favorito de los tapatíos, el cual se cuenta que nació en esta fortaleza.
Este emblemático sitio de estilo neoclásico se construyó en 1810, fue diseñado por el arquitecto Manuel Tolsá, aunque fue José Gutiérrez el encargado de llevar la obra.
El recinto cultural lleva el nombre de su fundador, pues según la historia, el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo fue quien tomó la decisión de construir en este sitio un hospicio que llevaría el nombre de “La Casa de la Caridad y la Misericordia” para albergar personas en situación vulnerable. Para 1857, cuando él murió, se dedicó a atender únicamente a niños y niñas en orfandad.
Sin embargo, no solo brindó atención a personas desamparadas, tras dar inicio la Guerra de Independencia fue tomado como cuartel militar. Fue en 1857, cuando pasó a ser parte de la Nación, cuando se convirtió en el orfanato más impresionante de América Latina.
Pero antes, en 1838 el talento de José Clemente Orozco se plasmó en los muros y techos del “Hospicio Cabañas”. Catorce tableros, ocho pequeñas bóvedas y una enorme cúpula se convirtieron en los lienzos del artista quien realizó 57 frescos sobre 1,250 metros cuadrados de superficie. Bajo los títulos: “La Humanidad”, “La Conquista Española” y “El Hombre en su Afán de Superación”, el muralista desarrolló escenas en las que se plasma la cultura precolombina hasta metáforas de los hombres mecánicos contemporáneos. Sin duda, de las mejores obras de este artista, orgullosamente jalisciense.
Así que, si aún no conoces este emblemático edificio ubicado en el Centro Histórico de Guadalajara, a un costado del tradicional Mercado de San Juan de Dios, date un tiempo para hacerlo. Este enigmático lugar es una visita obligada si quieres conocer más sobre la historia y cultura tapatía.