A pesar de la polémica, el gobierno estatal tomó decisiones que aplicó de inmediato para proteger la vida y salud de su gente
Fue un año de lucha conjunta, de pasar pruebas difíciles día a día para todos, para miles significó perder a sus seres queridos; hoy, aun cuando se registra una reducción en el número de casos, Jalisco mantiene un plan estratégico para enfrentar esta amenaza.
La pandemia que vivimos provocada por el virus COVID-19 nos sacudió a todas y a todos desde marzo del año pasado. Diez días antes de la declaratoria de emergencia federal y dos días después de que la Organización Mundial de la Salud declarara pandemia por COVID-19, Jalisco tomó decisiones y puso en marcha las primeras acciones para enfrentar al virus. No actuar era poner en riesgo la salud y la vida de los jaliscienses
Aunque Jalisco es el tercer estado más grande de México y con una alta concentración de población, se registra como el sexto lugar con menor tasa de casos acumulados por debajo de la media nacional, así como el onceavo lugar con menor tasa de mortalidad, también por debajo de la media.
Todo esfuerzo debe reconocerse, en Jalisco se pudo ver la capacidad de heroínas y héroes en la familia, en las escuelas adaptándose a una nueva forma de educación, en hospitales y centros de salud, en donde el personal médico dio todo de sí.
También hubo personas que hay que reconocer por su labor de cuidado en casa que, a pesar del riesgo, con todo el valor sacaron adelante a sus enfermos. El aislamiento marcó a la población, la pérdida de empleos y no poder vivirnos en comunidad también dejó una estela de tristeza y en muchos casos, ansiedad y depresión.
La solidaridad fue una herramienta importante para la resiliencia y fundamental, la coordinación del gobierno estatal con otras instituciones y organismos. Fue posible el diseño y ejecución de un plan organizado, definido, muy socializado y que contó con apoyo de especialistas en salud pública, de la Universidad de Guadalajara y universidades privadas de Jalisco. Esta ha sido una lucha colectiva que vamos a recordar juntos.
Las primeras decisiones tomadas por el gobierno estatal determinaron suspender clases, cancelar eventos masivos, publicar protocolos de prevención, la puesta en marcha de filtros en aeropuertos, puertos y centrales camioneras, todo esto, antes de que se emitiera la declaratoria de emergencia.
Las pruebas fueron determinantes para medir la propagación de casos y por ello, se invirtió la cantidad de 220 millones de pesos, para aplicación de pruebas COVID-19. Al 13 de marzo de 2021, suman 681 mil 963 pruebas para detección del virus.
Para este fin fue que se creó el Sistema Radar Jalisco, a partir del 14 de abril de 2020, con apoyo de la UdeG y laboratorios privados, para contar con un modelo activo de detección de casos. A través de este mecanismo se identificaron 227 mil 194 casos confirmados positivos de COVID-19, es decir, se registraron 150 mil pruebas más que si se hubiera continuado con el modelo Centinela Federal.
Así, las 681 mil 963 muestras colocaron a Jalisco como el segundo lugar del país con más pruebas aplicadas, después de la Ciudad de México que aplicó un millón 758 mil 167.
La atención a casos graves fue prioridad. Se habilitó el Hospital Ángel Leaño y se reforzaron los dos Hospitales Civiles de Guadalajara. Además, se presentó el Plan de Escalamiento y Reconversión Hospitalaria que facilitó la habilitación de 3 mil 286 camas para atender pacientes en 27 hospitales de referencia en todo Jalisco.
Gracias a esta estrategia, el estado nunca superó su 65 por ciento de ocupación hospitalaria ni 85 por ciento en el área de terapia intensiva.
Entre las acciones importantes estuvo incrementar el personal de salud, comprar insumos médicos y de protección, para ello se hizo una inversión de 1,500 millones de pesos.
Otro rubro fue la atención a daños colaterales de la pandemia con el programa Quererte en Casa, que en la primera fase fue dar atención de salud mental y se activó el 075, línea telefónica donde especialistas y profesionales en salud mental, recibieron un total de 27 mil llamadas, en su mayoría por situaciones de ansiedad, depresión y problemas familiares.
Aunada a la crisis sanitaria, se tuvo que prever los efectos en la economía, para ello se creó una bolsa de apoyos emergentes por mil 100 millones de pesos que benefició a 142 mil jaliscienses, para incentivar el empleo formal en empresas, producción de maíz, autoempleo y crédito a mujeres.
Para reactivar a las empresas, se invirtieron 800 millones de pesos posteriormente, para detonar el empleo local. Este impulso fue clave, ya que Jalisco se encuentra en el primer lugar nacional en generación de nuevas fuentes de trabajo de agosto 2020 a febrero 2021, con 13.2 por ciento de los empleos recuperados en todo el país.
Para que los sectores con mayor necesidad no se vieran aún más vulnerables ante la pandemia, se activó el programa Jalisco sin Hambre para entregar 192 mil paquetes alimentarios a familias en condiciones de desigualdad.
Ahora, a partir de febrero de este año, Jalisco seguirá trabajando en materia de prevención, con todas las herramientas y buscará la contención de casos, con acciones bajo los ejes: resiliencia y educación para la salud, tratamientos y atención médica, economía y responsabilidad social y continuará colaborando con el gobierno federal para el seguimiento y reforzamiento del Plan Nacional de Vacunación.
NUMERALIA COVID-19
220 millones de pesos se invirtieron en pruebas
Mil 500 millones de pesos en insumos médicos y personal de salud
681 mil 963 pruebas de COVID-19 realizadas
27 hospitales de referencia en el Estado
3 mil 286 camas habilitadas para atender pacientes con COVID-19
148 mil 993 llamadas atendidas por el Call Center
27 mil llamadas atendidas a través del 075 para atención de salud mental
227 mil 194 casos confirmados
10 mil 837 defunciones