La fama adversa de Carlos Lomelí

La gente lo ubica como un empresario que, de manera ventajosa, ha utilizado sus relaciones políticas para la venta millonaria de medicinas

El descontento al interior de Morena y la fama de ser un empresario con negocios turbios han sido los rumores constantes desde que Carlos Lomelí se perfilaba como precandidato para la alcaldía de la capital de Jalisco.

El ahora candidato fue nombrado en medio de las fuertes críticas ante la soberbia de las dirigencias internas de su partido. Consideraron que Carlos Lomelí era conocido entre los habitantes de la ciudad, lo que no pensaron es que su fama no era precisamente positiva y eso se ha reflejado en la baja respuesta que reflejan las encuestas a la mitad de las campañas políticas.

Al inicio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, Carlos Lomelí Bolaños fue designado como flamante delegado federal de Programas Sociales en Jalisco. Sin embargo, a los pocos meses renunció al cargo tras un escándalo por las denuncias sobre irregularidades en la venta de medicinas de sus empresas al propio gobierno federal. Eso y un largo historial de sus compañías farmacéuticas con contratos gubernamentales.

Aunque ha sido exonerado por los tribunales, la gente ubica a Carlos Lomelí como un empresario que, de manera ventajosa, ha utilizado sus relaciones políticas con diferentes gobiernos para la venta millonaria de medicinas.

La falta de apoyo y consenso entre la membresía de Morena a su candidatura, ha minado también la supuesta popularidad con la que se le identificó en un principio. Queda claro que las ciudadanas y ciudadanos no van a ciegas, el capital político no se sustenta solamente en tener fama, menos cuando es una fama que resulta adversa.