La jericalla y su sabroso origen tapatío

Al igual que muchas otras sabrosas tradiciones en nuestro estado, el origen de la jericalla está condimentado con un interesante toque de mitos y leyendas. Sin embargo, existen distintas versiones que nos dan una idea sobre sus raíces europeas y su toque muy tapatío. 

Según una de las versiones más populares, nuestro tradicional postre tuvo su origen durante el siglo XIX en Guadalajara, en el Hospicio Cabañas, cuando este aún era un orfanato administrado por las monjas de la congregación de las Hermanas de la Caridad.

Fue en ese entonces que, en las cocinas del entonces orfanato, se preparaba un postre nutritivo y del gusto de las y los niños: una receta a base de huevo, leche y azúcar muy similar a la tradicional crème brûlée francesa. 

Se dice que la monja encargada de preparar el singular postre, quien era originaria de la entonces villa de Jérica, en España, tuvo un descuido que provocó que este se quemara. 

Es así como esta versión explica tanto su característica costra superior como su original nombre. 

Cabe destacar que, a diferencia de la crème brûlée, cuya superficie es espolvoreada con azúcar y caramelizada con fuego, la base de la jericalla, literalmente, es quemada. Esto le da su costra amargosita que tanto ha gustado a millones de tapatíos —y no tapatíos— con el paso del tiempo. 

¿Y cómo se prepara la tradicional jericalla? 

Pues bien, luego de conocer un poco sobre su origen, es momento de saber cómo prepararla muy al estilo Jalisco.

Para ello serán necesarios los siguientes ingredientes:

• 1 litro de leche entera.
• 4 huevos.
• 200 g de azúcar.
• 200 g de leche condensada.
• 1 cucharada de extracto de vainilla.

Y para saber qué hacer con estos ingredientes, La Cocina de Martita nos explica su preparación paso a paso en el siguiente video:

¡Listo! Con esta valiosa información, ahora ya tenemos un delicioso postre para disfrutar con la familia y amigos, así como un interesante tema de conversación.