Luchan por su sobrevivencia

Las abejas, a pesar de su diminuto tamaño, cargan sobre sus hombros una de las tareas más misteriosas y hermosas de realizar: llevar la vida, día con día, allá a donde van

Ante la muerte masiva de abejas, la Diputada Ciudadana Verónica Delgadillo presentará en el Congreso Federal una iniciativa para prohibir el uso de plaguicidas y controlar los pesticidas.
A lo largo de la historia, los seres humanos nos hemos enfrentado a grandes retos que, en algún momento, parecieron insuperables; acontecimientos que nos llevaron al límite, que nos marcaron para siempre como un todo y que han definido nuestro andar en este planeta.

Hoy me queda claro que estamos en uno de esos momentos. Hoy, quienes estamos aquí nos enfrentamos, probablemente, a la amenaza más complicada que se nos ha presentado: la amenaza de nosotros mismos. Los seres humanos, consumidos por la ambición desmedida, nos hemos convertido en un peligro para el resto de los seres vivos y también para nuestro planeta entero.
Esta reflexión fue la que de manera inmediata vino a mi mente después de vivir de cerca la muerte masiva de las abejas y comprender el desastre que esto representa. Y es que las abejas, a pesar de su diminuto tamaño, cargan sobre sus hombros una de las tareas más misteriosas y hermosas de realizar: llevar la vida, día con día, allá a donde van.
Las abejas, al igual que otros insectos como las mariposas, son las encargadas de realizar la polinización, un proceso que permite fecundar las flores y que, al hacerlo, se den los frutos y semillas. De hecho, una gran parte de la producción de alimentos que se consumen en todo el mundo, depende de la polinización. Para dimensionar lo que esto representa, basta mencionar que al menos 6 de cada 10 frutas y verduras que consumimos están directamente relacionadas con el trabajo de las abejas.
Esto último lo aprendí de un grupo de apicultores de la sierra de Tapalpa, quienes me invitaron y ayudaron a conocer este grave problema. Junto con ellos, entendí el abandono en el que se encuentra el campo mexicano debido a la complicidad de las autoridades para permitir que en nuestro País se sigan utilizando plaguicidas, pesticidas y semillas que tienen componentes altamente dañinos para las abejas e incluso para los mismos seres humanos porque, al utilizar este tipo de productos en las cosechas, esos componentes dejan residuos en el suelo, aire, agua y en las mismas frutas y verduras que consumimos.
Los rostros de preocupación, pero también las historias de vida nos acompañaron a lo largo del día: familias enteras que se dedican a la apicultura, un oficio que requiere de pasión y entrega que fue heredado de padres a hijos. “¿Qué representan para usted las abejas?”, le pregunté a uno de ellos. “Eso. Representan mi vida. Y la de mi familia entera. Gracias a ellas lo tengo todo”. Su respuesta nos estremeció. Ahí, en ese momento, también entendí la situación de vulnerabilidad que viven los apicultores, ganaderos y agricultores debido al abandono y la falta de apoyos.

México no es el único País en el que esto se ha presentado. Estados Unidos y diversos países de la Unión Europea como España también están sufriendo la desaparición de estos insectos tan valiosos. Sin duda, son muchos los factores que han provocado la muerte masiva de las abejas alrededor del mundo. Y entre esos factores, se encuentran los pesticidas y plaguicidas que afectan de manera directa el sistema inmunológico de las abejas. Al entrar en contacto con esos químicos, las abejas sufren una especie de intoxicación que, cuando salen al campo a buscar comida y realizar la polinización, ya no vuelven a casa. Y las que pueden regresar, mueren dentro de las colmenas, un fenómeno extraño porque, de acuerdo con los mismos apicultores, cuando las abejas van a morir, ellas mismas se exilian lejos de su hogar.
Por estas razones, en los próximos días presentaré una iniciativa como la primera acción de varias que impulsaremos en y desde la Cámara de Diputados para hacerle frente a este problema. La primera propuesta incluye, a mi consideración, tres puntos estratégicos: el primero, considerar a la miel como un alimento estratégico en nuestro país para que esté protegida de los pesticidas que tanto daño le hacen a las abejas. Segundo, la prohibición de todos los plaguicidas que contienen componentes tóxicos que pudieran afectar su vida y trabajo. Y tercero, establecer la generación de normas mexicanas que exijan un mejor control en el uso de pesticidas.
La muerte y desaparición de las abejas es un problema que, por sus consecuencias, nos corresponde todos hacerle frente. En Movimiento Ciudadano lo entendemos muy bien y asumiremos nuestra responsabilidad de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de la protección de nuestro medio ambiente, porque sin él no puede haber otros derechos. Porque no solo estamos defendiendo a la naturaleza, a las abejas y a los apicultores; también estamos defendiendo a la vida misma. Y ahí, en esa defensa, no podemos ni debemos dar pasos atrás.   
Verónica Delgadillo; Legisladora de Movimiento Ciudadano. Es parte de la bancada de Diputados Ciudadanos en el Congreso de La Unión.