Una Cenicienta en silla de ruedas

Desde el municipio de Tepatitlán de Morelos, Jalisco, la historia de Carmelita nos ofrece un ejemplo en vida de lo que, con amor y ganas de salir adelante, es posible lograr.

¿Quién dice que los cuentos de hadas no se cumplen en la vida real? Este dicho no aplica para las personas con discapacidad y mucho menos para Carmen Nuño del municipio de Tepatitlán Morelos, quien, a pesar de vivir una situación de discapacidad motriz desde una silla de ruedas a partir de su infancia, debido a una condición genética, esto nunca ha limitado a esta incansable mujer por ningún motivo.

Carmelita, como es mejor conocida por sus amigos y familiares, ha enfrentado de manera valiente y con arrojo todos los retos que la vida le ha puesto en su camino. En algunas ocasiones ha sentido temor por enfrentarse a lo desconocido, pero siempre ha salido airosa de todas sus batallas con el respaldo de los suyos.

Desde hace 5 años, su vida tiene un nuevo sentido para hacer frente a los nuevos desafíos, de la mano de su príncipe, quien no solo la ha llenado de atenciones y cariño, sino también de alegrías y la confianza en sí misma para enfrentar cualquier obstáculo.

Una mujer con talento y vocación por servir a la comunidad

Carmelita es una digna representante de las personas y las mujeres con discapacidad en Jalisco, desde distintas esferas de las cuales se pueden resaltar dos muy importantes: la primera es el área cultural, a partir de ser una experimentada pintora con la boca, al pertenecer a la Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie; la segunda es su desempeño como titular de la Coordinación de Inclusión a Personas con Discapacidad en su municipio en las dos administraciones pasadas, la del médico Hugo Bravo y la de María Elena de Anda.

Debido a su gran capacidad de promoción en colaboración con la también extraordinaria aliada Guadalupe Reynoso y Mariana Ron, se pudo crear, con el excepcional e incondicional respaldo del expresidente municipal Hugo Bravo, la primera área en el Gobierno municipal de todo el estado especializada en materia de discapacidad en el año 2017.

Logró que, por primera vez, se dignificara de verdad y se asegurara a las personas con discapacidad el pleno goce y disfrute del ejercicio de su derecho humano a participar en la política desde espacios de Gobierno y toma de decisión de sus propios asuntos, desde la causa y conocimiento, al ocupar la titularidad de dicha área.

Actualmente, vive una nueva y maravillosa etapa de crecimiento y desarrollo pleno al experimentar no solo el amor de mujer sino también el amor de la maternidad.

Una historia de amor y superación

Su historia supera cualquier película de Disney, de princesas y mujeres heroínas, es digna de quedar inmortalizada en las mentes de todos los lectores y no solo por sus magníficas aportaciones que ha realizado en su área profesional, sino porque Carmelita ha roto muchos prejuicios, estereotipos y estigmas que social y culturalmente se le ha otorgado a este sector de la población.   

Esta romántica relación inició en el 2018, al reencontrarse Carmelita y Juan Carlos, quien tiene discapacidad visual, en una reunión social, después de 15 años. Un día él decidió invitarla a salir y después de varias citas, le pidió que fuera su novia, tiempo después, le propuso matrimonio.

El 4 de marzo del 2019 sellaron su amor con la boda civil y religiosa y en el 2021, a pesar de que los médicos le habían recomendado a ella que no se embarazara por su condición física, sus vidas se iluminaron con la llegada de Sofía Guadalupe, su hija.

Hubo algunas complicaciones, puesto que Carmelita no podía estar sentada en su silla de ruedas tanto tiempo porque la bebé necesitaba espacio para crecer y moverse, por lo que debía pasar mucho tiempo acostada. 

Otro reto que debió superar fue su contagio de COVID-19, por lo que fue intervenida para que Sofía Guadalupe naciera mediante cesárea de emergencia y salvar la vida de ambas.La historia tiene final feliz, pues hoy Carmelita, Juan Carlos y Sofía Guadalupe están muy contentos en su nuevo hogar, viven un cuento de hadas real en el que las limitaciones no existen, porque es una familia llena de amor, de felicidad y de bendiciones, sintiéndose realizados como cónyuges y como padres.