¿Cómo surgieron las calandrias tapatías?

Desde hace décadas, las tradicionales calandrias se han convertido en uno de los atractivos turísticos más importantes de la Perla tapatía.

Al visitar el centro histórico de Guadalajara, se pueden observar esas carrozas jaladas por caballos, vestidas con un ajuar elegante, adornadas con flecos, moños y telas de distintos colores y tapizadas en vinipiel o aterciopelado, mejor conocidas en la ciudad como calandrias tapatías, las cuales realizan recorridos por las avenidas y calles principales para que los turistas y los mismos tapatíos puedan admirar los monumentos antiguos y los sitios más emblemáticos de Guadalajara.

La historia de estas carretas se remonta a principios del siglo XX, pues, a su llegada a la ciudad, se dice que un regidor las mandó a pintar de amarillo con las ruedas negras y, por la similitud de colores que tiene el ave calandria, la gente comenzó a llamarlas de esa manera.

Durante esa época, las calandrias eran un medio de transporte para los habitantes de Guadalajara, incluso hay quienes relatan que existían 2 tipos de carruajes: unos que portaban una bandera verde y otros una bandera azul. Los primeros eran económicos y se utilizaban para transportar costales de fruta, verdura o cualquier producto, mientras que los de bandera azul eran más costosos, tenían diseños elegantes, farolas de bronce, vidrios biselados y caballos de pelaje reluciente y eran utilizados para llevar a la gente a fiestas, banquetes, eventos sociales o para asistir al teatro.

Con el paso del tiempo, las calandrias se consolidaron como un ícono tradicional en el sector turístico de la ciudad, pues representan la forma de vida antigua del pueblo tapatío.

No obstante, tras la preocupación por parte de activistas y ciudadanos respecto al maltrato animal que pudieran sufrir los caballos que jalan los carruajes, el Gobierno de Guadalajara creó un nuevo modelo de calandrias eléctricas para preservar una de las tradiciones más icónicas de la Perla tapatía y al mismo tiempo proteger los derechos de los animales.

Hoy en día, este atractivo turístico de la ciudad ha evolucionado y se ha modernizado, por lo que son pocas las calandrias con caballos que continúan circulando, las cuales son supervisadas estrictamente para que los animales tengan una buena atención y cuidado, mientras se sustituyen completamente con las calandrias eléctricas.