El birote salado, mucho más que una simple pieza de pan

Bien dicen que el pan no puede faltar en la mesa de cualquier hogar, pero para las y los tapatíos el birote salado es sinónimo de su propio hogar, su cultura y sus tradiciones.

Entre las muchas cosas que distinguen a Guadalajara, el birote salado es una de ellas por todo lo que incluye esta sencilla pero única pieza de pan que logra satisfacer el paladar de propios y extraños, 

Aunque su uso más común en la Perla tapatía es para preparar su popular platillo típico, la torta ahogada, la realidad es que las y los tapatíos lo degustan de mil y una formas, con sabores que van desde lo dulce hasta lo salado.

Así mismo, son múltiples las curiosidades que conforman su origen y que han dado paso a que este singular pan haya llegado a ser parte de Guadalajara y su gente, y a continuación las abordamos brevemente. 

Un antiguo pan griego destinado a la creación de la torta ahogada

Sobre el origen del birote salado, el semiólogo e investigador Jaime Lubín destaca su largo pasar a través de varios cientos de miles de años y distintos continentes hasta llegar a ser el pan que es hoy en día: 

 

“El birote es tan antiguo como nuevo. Nuevo, en el sentido de que surgió en la época de la intervención francesa y lo inventó un señor que se apellidaba Pirrot. Y viejo, como la más antigua tradición de pan en la Grecia antigua”.


“Ese pan era muy parecido al birote salado; se horneaba con masa hecha con un molido grueso de trigo y tenía sal. Era un pan mediterráneo que gustaba mucho entre la realeza y la aristocracia, incluso lo menciona Aristóteles en algunos escritos”, agregó Lúbín.

Al parecer, su llegada a América vino como parte de un milenario intercambio cultural desde Grecia, pasando por Líbano, para llegar a España y terminar en ese birote salado destinado a convertirse en una sabrosa torta ahogada en el centro histórico de Guadalajara.

“El birote solo se puede producir en Guadalajara”

Ciertamente esta es una frase que, aunque pueda llegar a sonar a leyenda urbana, es real. Las características del clima, la altura y la humedad de la ciudad crean un ambiente único para la creación de este pan. 

Así mismo, la masa madre que se utiliza para producir el birote salado requiere una elaboración artesanal, haciendo imposible que esta pueda industrializarse. 

 

La asociación Puratos Group, con sede en Bélgica, cuenta con una “biblioteca” de masas madre de distintos países, y la del birote salado se encuentra entre las 70 más representativas del mundo por su mezcla de sabores ácido, salado y amargo.

¿Y por qué se llama birote?

Como lo comentó previamente el investigador Jaime Lubín, la creación del birote se le atribuye a un tal señor de origen belga apellidado Pirrot, quien era panadero y llegó a Guadalajara con las tropas francesas de Maximiliano I en 1864.

Según esta versión, una de las más populares sobre el origen del nombre del pan en cuestión, el apellido Pirrot terminó por deformarse en “birot”, para terminar siendo adaptado en el uso popular como “birote” al denominar este pan elaborado por el panadero belga. 

Sin embargo, existe otra versión que relaciona su origen con la palabra “birota” (dos ruedas) del latín y que se utilizaba para nombrar a la bicicleta, vehículo utilizado tradicionalmente para repartir pan. 

Más allá de su origen y su nombre, el birote salado es y seguirá siendo del gusto de las y los tapatíos —y no tapatíos—, para, quién sabe, tal vez ser utilizado por alguna futura civilización para hacer una hamburguesa ahogada con salsa agridulce.