¿Qué ha pasado con el avión?

La política mexicana se ha convertido en una comedia que sin más ni más pasa de un enredo a otro. El principal comediante ha sido Andrés Manuel López Obrador que ha ido afinando sus dotes dramáticas en la gestión de los asuntos públicos. Para muestra el montaje que ha armado alrededor de la venta del avión presidencial.

Con  eslóganes como “la mafia del poder”, “primero los pobres” o más rotundo: poner a la venta el avión presidencial, Andrés Manuel ha logrado ganar la simpatía del pueblo dejando de lado la dificultad que conlleva la venta de una aeronave. Pero es más sencillo anunciar y gritar al viento “no me voy a subir al avión presidencial, no voy a ofender al pueblo de México” que venderlo. 

Con su llegada al poder en diciembre de 2018, el avión fue enviado a California en busca de un nuevo dueño. Pero casi tres años después el avión sigue sin comprador claro a la vista. En dos años de estar parado, el gasto llegó a casi 1.5 millones de dólares gastados en el mantenimiento, mismos que quedaron en el olvido con la famosa llegada de la rifa del avión. 


Claro que es necesario dejar claro que este sería un acto simbólico, ya que los ganadores obviamente no podrían llevar el avión a casa.

La rifa nunca se concluyó, pero fue más sencillo anunciar que serían los empresarios los que en realidad iban a pagar la lotería comprando la mayoría de los boletos. Ahora una de las grandes incógnitas es: ¿qué pasará con el avión?, ¿hasta cuando este será vendido? Lo que queda claro es que el montaje y el show mediático dieron mucho de qué hablar durante mucho tiempo.