Entre devoción y tradición: la colorida romería de Zapopan

La romería de la Virgen de Zapopan es considerada como la manifestación religiosa y cultural con mayor arraigo en Jalisco, la cual se celebra anualmente cada 12 de octubre.

La romería de Zapopan es una de las celebraciones religiosas más grandes de Jalisco y es considerada como la tercera peregrinación más importante del país y en donde se reúnen visitantes de todo Jalisco y de distintas partes del país. 

Sin embargo, debido a su carácter festivo y a la inclusión de diversos elementos artísticos, es considerada también una colorida manifestación cultural, la cual ha sido reconocida internacionalmente.

Desde el 2018, esta celebración litúrgica dedicada a la Virgen de Zapopan cuenta con el reconocimiento de la Unesco, al ser incluida dentro de su Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Sobre la veneración de la Virgen de Zapopan

De acuerdo con los registros históricos, fue fray Antonio de Segovia quien introdujo la figura de la Virgen de Zapopan, hecha de caña de maíz por artesanos indígenas de Michoacán, desde Pátzcuaro hasta tierras jaliscienses en 1530. 

A partir de entonces, la figura de La Generala, como se le conoce también a la Virgen, fue cobrando relevancia dentro del desarrollo religioso, social y cultural en la región.

La tradición de sacar a la Virgen para que visite las comunidades cercanas a Guadalajara para prevenir tempestades se ha mantenido por generaciones. Su vocación peregrina se mantiene actualmente, al salir cada año de su recinto en la Basílica de Zapopan, para visitar distintos templos en la ciudad entre mayo y octubre. 

Desde la década de 1950 fue cuando se estableció oficialmente que cada 12 de octubre se celebrara su regreso a la Basílica de Zapopan, con la tradicional romería zapopana.

Una rica manifestación cultural

Para este regreso a casa, la fiesta comienza en la madrugada, cuando la imagen sale de la catedral de Guadalajara para ser llevada a la Basílica, acompañada por miles de fieles, familias enteras y danzantes.

Sobre la tradición de la danza durante la romería, esta tiene sus raíces en el corazón mismo de la espiritualidad en América Latina. Esta representa una de las prácticas religiosas ancestrales que han perdurado prácticamente inalteradas en la religiosidad popular cristiana. 

Este momento en particular es, sin duda alguna, el que enriquece esta colorida festividad, dándole un toque artístico que refleja mucho de nuestra cultura en la región e incluso de todo el país. 

Debido al apoyo constante de las comunidades a la peregrinación, este componente del patrimonio cultural se ha transformado en uno de los más queridos y arraigados por propios y ajenos. 

Gracias a la coordinación de asociaciones civiles y eclesiásticas, quienes custodian y participan en esta tradición han logrado asegurar su continuidad de manera efectiva hasta nuestros días.