Dignifiquemos el trabajo del hogar

El 30 de marzo se conmemoró el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, una labor que sigue siendo discriminada y precarizada.

Desde 1988, cada 30 de marzo se conmemora el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, con lo cual se busca reconocer y valorar la labor que realizan las personas trabajadoras del hogar y promover sus derechos.

El trabajo de hogar se define como las actividades que se realizan dentro del hogar para que este funcione. Aunque puede ser remunerado y no remunerado, en ambas categorías se vive discriminación, precarización y se limita la autonomía económica.

Se estima que en el mundo (y en nuestro país también) las mujeres destinan 3 veces más tiempo a hacer trabajos del hogar. En México, por ejemplo, las mujeres destinan (sin pago) casi 40 horas a la semana, lo que dura una jornada laboral.

Hablando de México, se estima que existen 2.4 millones de personas trabajadoras del hogar (90 % son mujeres), muchas de ellas viviendo situaciones de explotación laboral, discriminación, violencia y nulas garantías de seguridad social.

En Jalisco, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), existen aproximadamente 158,000 personas remuneradas, de las cuales el 45 % no tiene acceso a la seguridad social (muchas lo tienen a través de los empleos formales de sus parejas) y el 70 % no cuenta con un contrato de trabajo.

¿Qué se hace por los derechos de las personas trabajadoras del hogar?

No todo son malas noticias y visibilizar el tema ha permitido implementar algunas soluciones. Por ejemplo, desde el Gobierno de Jalisco, a través de la Secretaría del Trabajo y la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres, se han impulsado estrategias para promover el registro de las personas trabajadoras del hogar ante el IMSS, además de que se está trabajando en elaborar un padrón.

Desde organizaciones internacionales como Oxfam o la Comisión Económica para América Latina (Cepal), se han diseñado algunas estrategias para incentivar la formalización de las personas trabajadoras del hogar en América Latina. Algunas propuestas que presentan son:

  • Realizar campañas de sensibilización.
  • Ofrecer incentivos fiscales como deducciones o exenciones a las empresas o personas que contraten a una persona trabajadora del hogar con contrato y condiciones dignas de trabajo.
  • Simplificar trámites para formalizar el trabajo del hogar, como procedimientos para la afiliación y la obtención de permisos laborales. 
  • Procesos de capacitación y educación que permitan a las personas trabajadoras del hogar mejorar sus habilidades y competencias.
  • Fortalecer las cooperativas y sindicatos que representan a las personas trabajadoras del hogar.

Afortunadamente, ya hay mecanismos para dignificar el trabajo del hogar en México, pero lo más importante es insistir en la sensibilización y la dignificación

Por ejemplo, si tú o en tu familia tienen contratada a una persona trabajadora del hogar, pregúntate:

  • ¿Ya cuenta con afiliación al IMSS? (es responsabilidad del patrón).
  • ¿Pagas su aguinaldo completo? 
  • ¿Le das aumentos salariales superiores a la inflación? 
  • ¿Le das las vacaciones que por ley le corresponden?
  • Si va en días feriados, ¿le pagas lo que corresponde?
  • ¿Haces comentarios despectivos sobre esta persona con tu familia o tus amistades?
  • ¿Tiene consensuado permisos o flexibilidad para estudiar, capacitarse o atender asuntos familiares?

Sigamos discutiendo y empujando el tema porque el trabajo del hogar es una labor digna y debe ser reconocida.